El 25 N es un día de reflexión y lucha. Desde APUR adherimos a la conmemoración que comenzó a gestarse en el año 1981 cuando se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Es allí donde se decidió que el 25 de noviembre sea el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres. La fecha fue elegida para recordar el feminicidio en el año 1960 de las hermanas Mirabal (Las mariposas) a manos de la dictadura de Leónidas Trujillo en República Dominicana.

Más de una década después, en 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Allí se definió que la violencia hacia la mujer era “todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.

Cada 25 de noviembre se visibiliza la problemática y se pone en agenda el trabajo que se necesita para su erradicación. En Argentina, entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2022, se perpetraron 212 femicidios; y uno cada 24 horas, sólo en el último mes.
Diariamente y en diferentes ámbitos, mujeres y niñas atraviesan alguna forma de maltrato físico, psicológico o sexual que puede ocurrir en la familia, trabajo, espacios sociales y urbanos. Muchas veces con consecuencias irreparables. Se materializa en actos, gritos, descalificaciones, injurias, miradas amenazantes. Cuando no se detiene a tiempo las consecuencias son irreparables. Dejan rastros, marcas, miedos, angustias. Suelen irrumpir pero también ser graduales, por lo que deberían ser evitables.

Desde nuestro gremio anhelamos una vida más justa, con igualdad de oportunidades, con respeto y compromiso. Trabajamos cotidianamente en acciones concretas y necesarias entendiendo que para prevenir, cuidar y acompañar a las mujeres y niñas que viven situaciones violentas se precisa una comunidad comprometida. No nos acostumbraremos nunca a convivir con expresiones de agresión sino que, por el contrario y de forma sostenida, emprendemos acciones para desnaturalizar las prácticas sociales discriminatorias instaladas, acompañar las denuncias y procesos necesarios para combatirlas.

Frenar la violencia cotidiana es necesario para vivir en un mundo que lo soñamos libre, seguro, respetuoso y con la plena igualdad derechos.

Rosario, 25 de noviembre de 2022 - 8:30 horas.